La demanda de viviendas compartidas, llamadas coliving, creció 20% en la primera mitad de 2020. Esto se debe a que es un modelo flexible y económico para las personas que buscan más movilidad dentro de la metrópoli.

Consultoras del sector apuntan a que, derivado de la crisis económica causada por la pandemia, residentes de la capital y de algunas zonas del Estado de México decidieron optar por este tipo de vivienda, a pesar de las medidas de distanciamiento social, y con ello posponer planes de compra de una propiedad.

En Wiggot te platicamos cuál es el panorama del coliving en el negocio inmobiliario.

Factores que incrementan la demanda de coliving

Como todos sabemos, la pandemia llego a modificar las dinámicas del mercado inmobiliario y con ello, se han visto retrasadas algunas decisiones de adquisición. Este escenario ha favorecido la preferencia por rentar viviendas debido a que muchas personas se han quedado sin empleo o por que sus ingresos disminuyeron.

Además, en el modelo de coliving los arrendatarios no necesariamente deben conocerse ni compartir los gastos, ya que por cierta cantidad de dinero obtienen los servicios básicos como luz, agua, gas y casi siempre, conexión a internet. Esto hace que la vivienda compartida sea flexible en términos económicos.

En ese sentido, los millennials son el sector que más busca una vivienda compartida, tanto en Ciudad de México como en otros estados, y tienen una participación de 41% de acuerdo con el “Reporte 2020 del Mercado Inmobiliario de México” de Lamudi. Factores como el desempleo o los bajos ingresos, hacen que el coliving sea la opción más viable para este segmento.

Dicho reporte indica que la búsqueda de viviendas compartidas se ha popularizado en distintos barrios de la Ciudad de México. Colonia Del Valle es la más demandada con un 7% de las búsquedas, seguida de Narvarte con 6%, Polanco y Anzures con 4 % y Roma Norte con 3%. En estas colonias los precios por unidad de coliving fluctúan entre 3 mil y los 28 mil pesos mensuales.

Cabe resaltar que el coliving es un efecto de los cambios estructurales en el mercado, contexto en el que los millennials tienen una visión más abierta en la manera de vivir y trabajar, por lo que buscan mayor movilidad en los alrededores de su prospecto de vivienda. Por esa razón, este modelo favorece a las y los jóvenes que buscan cercanía con su trabajo y las zonas de entretenimiento.

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