Si definimos el 2020 con una frase, esta sería “el año de la resiliencia”. Sin duda la pandemia trajo incertidumbre, cambió la forma de vivir, de trabajar, de convivir de un momento a otro, pero también dejó experiencias valiosas y aprendizajes.

En Wiggot queremos contagiarte de optimismo, el impulsar la innovación pues no hay mejor momento que el ahora para reinventarse y construir un mundo diferente para las generaciones futuras. Y el cambio que se genere deberá tocar también al  sector inmobiliario.

Urbanismo postcoronavirus

Las grandes ciudades a lo largo del mundo se han visto enfrentadas a múltiples retos durante la pandemia, los traslados y la densidad poblacional son en este contexto de emergencia sanitaria un obstáculo a vencer. 

Por ello especialistas como urbanistas, sociólogos y arquitectos buscan nuevos modelos de ciudad. Uno de ellos, el más extendido es el de la “Ciudad de 15 minutos”. Un proyecto de recuperación económica que además beneficiará la calidad de vida de las personas.

Este modelo permitiría a sus habitantes encontrar todo lo que necesitan a unos minutos de distancia, 15 para ser exactos, ya sea un restaurante, un mercado, escuelas, centros de salud, de entretenimiento y predominando el uso de la bicicleta y las caminatas.

La “ciudad del cuarto de hora”, proponen especialistas, acabará con las grandes metrópolis, pues permitirá una mayor accesibilidad a los servicios a corta distancia con más ciclovías y pasos peatonales en un entorno con comunidades pequeñas que se configuran en torno a su propio centro, propiciando el desarrollo de economías locales.

Si bien pareciera una idea opuesta a la planificación urbana de los últimos años, basada en la expansión de la mancha urbana, este proyecto traerá grandes resultados al aminorar los problemas de movilidad, la contaminación y mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.

El modelo de “Ciudad de 15 minutos” ya se está implementando en París, Melbourne, Ottawa, Detroit, Copenhague; muy pronto en Buenos Aires, Montevideo, Lima, Bogotá y Río de Janeiro; y esperamos que próximamente en México. 

De ser así, los agentes inmobiliarios deberán adaptarse para entender el funcionamiento de las nuevas ciudades y ayudar a los nuevos inversionistas a satisfacer sus nuevas necesidades de vivienda. 

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