¿Cuántas veces no escuchas decir a tus compañeros, o incluso tu mismo, que ciertas cosas de tecnología son “cosas del diablo”? y claro está, en referencia a que no entienden como funcionan o que utilidad le pueden dar.

La primera vez que le dimos un celular a mi abuela, ella no entendía como un teléfono, sin estar conectado a un cable, podía enlazar una llamada. De igual forma mi papá, cuando enviamos imprimir por primera vez de manera inalámbrica a una impresora que estaba en otra oficina. No hablemos del fax, CD´s, USB´s, la nube, INTERNET.

Y es que sí, si lo vemos de una manera muy fría y sin contexto, estas cosas si parecen del diablo.

Pero ¿por qué digo contexto?

Porque hay generaciones que hoy siguen en el segmento inmobiliario que han tenido que irse adaptando a las tendencias tecnológicas y digitales, hay otro tanto que creció a mitad de este cambio y una más pequeña (pero importante) que nació con ella.

Y es que me refiero a que el salto de la revolución industrial a la revolución tecnológica a representado, si un avance para la humanidad, pero también una barrera para algunos cuantos.

La revolución tecnológica ha tenido más cambios y evolución en poco menos de 50 años, que lo que hizo la industrial en más de un siglo. Y son estos cambios los que han hecho que empresas crezcan a pasos agigantados, al igual que hacer que gigantes mueran (recordemos el triste fallecimiento de Kodak).

Entonces si esas cosas son del diablo, debemos aprender a hacer pactos con el mismo Lucifer.

Entremos en materia

Hoy tuve una entrevista con una agencia inmobiliaria, a la cual fui a asesorar en temas de marketing y ventas. Hasta aquí todo bien. Pero cuando pido revisar el como llevan sus agendas, etapas de ventas, cuanto van a cerrar en la semana, mes, trimestre, año, en que áreas deben incrementar su productividad, etc., todo esto sin permitirles abrir su cuaderno (porque si, aún hay quien usa el cuaderno como su santo grial comercial), abrían una hoja de Excel. No me lo tomen a mal, yo amo Excel, mucho de mi trabajo lo apoyo en el, pero la herramienta no fue creada para eso. Tenemos que evolucionar y aprender a usar tecnologías que nos permitan tener todo en la palma de la mano.

La tecnología es del diablo si y solo si nosotros permitimos que así lo sea. Entendamos que los usos de herramientas digitales tienen como fin el ser nuestro apoyo, nuestro asistente y muchas veces nuestro vendedor 24/7 los 365 días del año. Un sistema no conoce de fines de semana o días feriados. No le importa si amaneciste de buenas o no para trabajar. No le interesa si tienes ganas de trabajar o mejor de irte a echar una chela con tus amigos. Una herramienta digital de este tipo solo le interesa una cosa: asistirte en todo lo que tu le ordenes hacer para un fin (y este puede ser bueno o malo, según lo que tu pactes).

Y es que en la parte que escribo “lo que tú le ordenes” está la clave. Por más inteligente que sea el sistema, nunca de los nunca va a funcionar si TU o tu equipo no le da el uso adecuado.

Tómalo de esta forma. Tu celular tiene una alarma integrada. Está diseñada para avisar en cierto momento algo que tu quieres (despertarte, tomar algún medicamento, ir a algún evento, etc.). Pero esta alarma solo va a funcionar si TU la programas, a la hora exacta y, ya con más toque personal, con el tono adecuado.

Lo mismo sucede con estos sistemas. Esta creado para apoyarte en lo que necesites, pero nunca va a adivinar lo que hablaste con tus prospectos, ni cuando te pidieron ir a ver una propiedad, ni mucho menos cuanto vas a cerrar de ventas en el mes. Esto solo va a funcionar cuando tu llenes la información adecuada.

Permíteme, se lo que me vas a decir: Pablo, eso quita mucho tiempo a veces y por eso no lo hago, o se me olvida llenarlo. ¡Te entiendo!, créeme, yo también viví esa etapa. Es más cómodo y rápido escribir en un cuaderno. Y después de escribirlo, si usas Excel, es pasarlo. Y después de pasarlo, haz correcciones, envíalo por correo con tus compañeros o colegas, que lo revisen, que lo editen, lo graben, te lo regresen, lo abras y comience el ciclo de vuelta, otra vez. Eso mi estimado, eso es pérdida de tiempo. Si te das un tiempo al principio para crearte ese hábito (usar sistemas de apoyo de ventas), en poco tiempo te olvidarás de tu cuaderno o Excel.

¿Y que son estos sistemas de los que hablo?

Se llaman CRM´s (Customer Relationship Management, por sus siglas en inglés). Hay muchos en el mercado, todo con la misma base. Algunos con más monadas que otros, pero al final todos con un mismo objetivo: AYUDARTE A VENDER MÁS.

Si hoy vendes con pluma y papel, no te quiero contar lo que harías con tecnología y la nube.

Nos leemos luego

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