Actualmente el agua es un recurso que se encuentra amenazado debido a factores como al aumento de la población, las demandas crecientes de sectores como la agricultura y la industria, así como los impactos que trae consigo el cambio climático. 

Por ello, en el marco del Día Mundial del Agua recordaremos lo que simboliza este recurso indispensable para la vida, su verdadero valor (no monetario) y cómo el sector inmobiliario puede proteger mejor este recurso.

Qué es el Día Internacional del Agua

El origen del Día Mundial del Agua data de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro de 1992, evento en el que surgió la propuesta. Desde entonces, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la resolución, por lo que cada 22 de marzo fue declarado como la fecha para conmemorar este día.

Posteriormente, a esta celebración fueron agregados eventos dedicados al agua, como el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013. Incluso se han llevado a cabo acciones como el caso del actual Decenio “Agua para el Desarrollo Sostenible”, 2018-2028, cuyo propósito es acelerar las iniciativas enfocadas a hacer frente a los desafíos sobre la gestión del agua.

Con esto se pretende reafirmar que las medidas para el aprovechamiento eficiente, equitativo y saneamiento son factores clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental, puntos que coinciden con la Agenda 2030.

Para qué sirve el Día Mundial del Agua

El Día Mundial del Agua sirve para recordar la relevancia e importancia de este líquido fundamental para la vida y diversas actividades cotidianas. Pues, pese a que todas las actividades sociales y económicas dependen del abasto de agua, todavía 2,200 millones de personas viven sin acceso a agua potable, sin olvidar que es un recurso del cual dependen los demás seres vivos que habitan el planeta.

Por estas razones la conmemoración tiene como objetivo principal generar conciencia sobre la crisis a nivel global del agua, así como la necesidad de crear soluciones para abordarla. Una de esas tantas iniciativas se incluye en los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Situación del agua en México

De acuerdo con datos de la ONU, México tiene una superficie territorial de 1,943,950 kilómetros cuadrados, donde el uso de la tierra por sector se divide en 55% para agricultura (3% del PIB), 34% para bosque y 11% para otros como el industrial (31% del PIB)

La población total se calcula en más de 127.5 millones de personas, cuya densidad de población es de 66 habitantes por kilómetro cuadrado, en una distribución geográfica donde el 80% de las personas vive en áreas urbanas y el 20% vive en áreas rurales.

Asimismo, 43% de la población en México cuenta con servicio de agua potable; 50% de la población cuenta con un servicio de saneamiento; 88% de las personas tiene acceso a un lavamanos básico; y solo 52% de las aguas residuales domiciliarias en México se tratan de manera segura.

El 55% de los cuerpos de agua tienen una buena calidad ambiental; 33% de los recursos hídricos renovables en México se han acabado; y el 10.4% de la extensión espacial de los ecosistemas relacionados con el agua se redujo en 2016, en comparación con el periodo 2001 a 2005, según datos de observación de la tierra.

Acciones del sector inmobiliario para gestionar mejor el agua

En el sector inmobiliario se han desarrollado estrategias para reducir el gasto de agua, que van desde las ecotecnias, tecnologías que reducen el impacto ambiental y hacen más eficientes la utilización de recursos, la creación de cemento sustentable, hasta el desarrollo de nuevos materiales 100% biodegradables para la construcción de edificios.

Otras iniciativas son las certificaciones LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) que se utilizan para reconocer las construcciones sustentables y sostenibles.

Recuerda que la manera en cómo valoramos el agua determina las formas en cómo se gestiona y se comparte. El valor del agua es mucho más que su precio, pues está estrechamente relacionada con la vida en el planeta, la habitabilidad de las viviendas, la cultura,  salud, educación, economía y la integridad de nuestro entorno. Como profesional  inmobiliario puedes certificarte en temas de sostenibilidad y así mejorar tu perfil profesional.

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