En la actualidad, el comportamiento del consumidor ha cambiado significativamente debido a la situación extraordinaria que se vive en el mundo. Con la incorporación de normas más rígidas de higiene y una limitada interacción entre personas, la economía ha tenido que adaptarse a estas circunstancias.

Una propuesta que se ha popularizado, y ha venido para quedarse, es el Low Touch Economy, un término que se refiere al flujo de dinero entre consumidor y comprador evitando el contacto directo entre las partes involucradas y usando mayores medidas sanitarias.

En lo que estamos aprendiendo a coexistir con la nueva normalidad, esta tendencia también llamada Economía de Bajo Contacto se está convirtiendo en un modelo de negocios que está desplazando las tradicionales maneras de comprar y vender a las que estábamos acostumbrados.

Al contrario, fomenta una automatización de procesos que ponen en el pasado a las tareas y contactos manuales repetitivos. Además, permite reducir costos en marketing y un mayor acceso a un público cada vez más dependiente de la tecnología a un precio accesible.

El Low Touch Economy está atrayendo nuevas oportunidades de desarrollo digital gracias a que fomenta el uso de plataformas más intuitivas para el usuario que facilitan las ventas en línea y disminuyen al mínimo los puntos de contacto físico entre las personas.

En el sector inmobiliario esto significa una modificación positiva del proceso de venta de propiedades. Ahora que los clientes se han decidido por adquirir o rentar una vivienda a distancia gracias al uso de la tecnología, ahora también podrán hacer sus pagos en poco tiempo y con un solo clic.

Todas las organizaciones y negocios necesitan enfocarse en ofrecer sus productos y servicios en un plan remoto y considerar que su enfoque debe ser a largo plazo para seguir ofreciendo la atención adecuada a las necesidades de los clientes.

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