La definición literal de personal shopper es “comprador personal”. Inicialmente, el personal shopper es una persona que ayuda a sus clientes a elegir y comprar objetos de diverso tipo (decoración, regalos, etc.). El personal shopper puede acompañar a los clientes a las tiendas estableciendo rutas de compra personalizadas o comprar los objetos por su cuenta si el cliente no dispone del tiempo suficiente.

 

Principalmente se relaciona esta actividad al sector de moda y compras personales, pero de unos años para acá, el segmento inmobiliario lo ha adoptado para crear una nueva rama en la industria que se dedique a la contraparte de la misma naturaleza del negocio: al comprador.

 

El mercado de propiedades está enfocado en el vendedor, quien trae la propiedad, y a través de este producto es como salen a buscar al comprador. Sin embargo, el foco es cuidar el interés del que vende, ya que es el compromiso que tiene.

 

Hoy nos encontramos con la otra parte, el agente inmobiliario, ahora llamado personal shopper, que se dedica a velar por los intereses del comprador. Estos entes no se dedican a captar ninguna propiedad, si no, a través de sus esfuerzos de relaciones públicas y networking, su foco es tener “exclusivas” de clientes. No poseen ninguna propiedad en su cartera pero tienen acceso a múltiples bases de datos de inmuebles e inmobiliarias.

 

Sus funciones principales son

  • La búsqueda de propiedades
  • Negociación
  • Visitas previas
  • Asesoría en todas las áreas
  • Ahorrar tiempo, dinero y preocupaciones

Aquí el que paga la comisión es el comprador, pero a través de los ahorros en el precio que logren conseguir.

 

Existen 4 tipos de clientes muy bien identificados que podrían demandar este tipo de servicio:

  1. Los extranjeros, con cierto capital que buscan uno o varios inmuebles para su propio disfrute en un país que no conocen bien o que incluso en el que no se habla su idioma. Esta clase de público es exigente a la hora de comprar una segunda vivienda, quieren que les “lleven de la mano” por un mercado que desconocen, buscan lujo y están dispuestos a pagar por el servicio. Saben que es una inversión.
  2. Los profesionales, sin tiempo que perder que delegan o que solicitan el servicio del personal shopper inmobiliario para que sea sus ojos y su cerebro en la búsqueda, en la negociación y en la comprobación del inmueble, para que ellos no pierdan el poco tiempo del que disponen. Estos también saben que el servicio es una inversión, sobre todo en tiempo.
  3. Las empresas nacionales o extranjeras en fase de expansión que buscan locales, oficinas, naves industriales, inmuebles en producción o terrenos. Estas empresas reconocen que es mejor dejar este tipo de trabajo a un experto a que le consuma tiempo, esfuerzo a uno de sus ejecutivos y dinero a la empresa.
  4. El cliente de clase media, inteligente, con cierta capacidad económica y nivel cultural medio alto, alto, que prefiere contactar con un asesor para que le ayude a tomar una de las mayores decisiones de su vida: comprar una casa que pueda convertir en un verdadero hogar. Este tipo de cliente tiene muy presente que está haciendo una inversión rentable poniéndose en manos de un profesional.

 

El contar con un personal shopper es como tener una extensión del interesado. Como si un familiar o socio de tu empresa sea el que se dedique a negociar lo mejor para el comprador. Teniendo a este personaje en las filas, permite que, a través de sus conocimientos del segmento (y sus dotes de negociador), pueda obtener siempre el mejor negocio (y puede que no siempre sea bueno también para el vendedor).

El segmento de bienes raíces seguirá adoptando tendencias de otras industrias para atacar los nichos que se encuentran desatendidos en el medio. Sin embargo, es importante señalar que no es opción para ti tratar de atacar ambas partes, ya que no puedes ser juez y parte a la vez. Si esto del personal shopper te mueve el tapete, te recomiendo evaluar los pros y contras que traería a tu negocio, y luego definir por parte de quien estas, comprador o vendedor.

 

Nos leemos luego

 

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