La arquitectura prehispánica de México es visible en los vestigios que sobreviven en la actualidad, alrededor de los cuales se han construido desarrollos inmobiliarios, donde la vida moderna ahora tiene lugar.

Con motivo del 696º aniversario de la fundación de la ciudad de Tenochtitlan, te decimos los recintos prehispánicos que debes conocer, pues estos, además de ser espacios culturales que aumentan la plusvalía de los inmuebles, también son fuente de inspiración arquitectónica y legado de los procesos históricos que nos han conducido hasta aquí.

Fundación de México-Tenochtitlán

El mito de la fundación de México-Tenochtitlán cuenta que esta ciudad fue poblada por un grupo de tribus nahuas que migraron desde Aztlán, cuya ubicación precisa se desconoce. Tras recorrer las inmediaciones del lago de Texcoco, los fundadores mexicas se asentaron en diversos puntos de la cuenca del Valle de México que estaban sujetos a la política territorial de Azcapotzalco.

Se estima que fue el 13 de marzo de 1325 la fundación de Tenochtitlán, la cual culminó en un islote cercano a la ribera occidental del lago. Sin embargo, registros arqueológicos dan indicios de que el islote estuvo habitado desde antes del siglo XIV y que la fundación de esta ciudad pudo ser posterior a la de Tlatelolco, su “gemela” del norte.

México-Tenochtitlan se convirtió en una forma de gobierno independiente después del establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó a Azcapotzalco. Desde entonces, algunas edificaciones de arquitectura prehispánica conviven con la capital de México.

La Casa del viento o Templo Ehécatl

Este pequeño basamento piramidal de 88 metros cuadrados fue construido en honor al dios del viento Ehécatl. Se localiza dentro de las instalaciones del metro Pino Suárez y es parte del paisaje cotidiano de los transeúntes que pasan por esta estación. Su hallazgo ocurrió entre 1968 y 1970, cuando comenzó a construirse esta parte del metro.

El adoratorio a Ehécatl tiene una fachada de planta cuadrangular, mientras que su parte posterior de planta circular. Esta arquitectura prehispánica tiene forma cilíndrica y que, de acuerdo con registros históricos, se podía acceder a este templo por una entrada en forma de boca de serpiente.

Templo Mayor

Se trata del templo y basamento piramidal más emblemáticos de México-Tenochtitlán, ya que se trata del centro de la cosmogonía mexica. Actualmente se localiza en la calle Seminario 8, colonia Centro Histórico de la Ciudad de México, en medio de inmuebles coloniales y modernos.

El Templo Mayor comenzó a construirse en 1428, lugar donde se reunían las ofrendas sagradas y los depósitos funerarios de los habitantes de Tenochtitlán. Asimismo, los vestigios de este templo fueron testigos de la cosmogonía de su pasado prehispánico.

Además, en este lugar se hicieron sacrificios humanos que tenían gran valor simbólico para los pueblos enemigos del imperio mexica.

Tlatelolco y la Plaza de las Tres Culturas

Para hablar de la actual Plaza de las Tres Culturas, primero hay que hablar de Tlatelolco, ciudad conurbada a México-Tenochtitlan, ubicada al norte de la CDMX y fundada en 1338, unos trece años después de la fundación de México-Tenochtitlan.

La Plaza de las Tres Culturas actualmente es un espacio donde se contemplan las tres importantes etapas de la historia de México, mediante la arquitectura: prehispánica, colonial y contemporánea.

La Primera Cultura es representada por los basamentos piramidales de Tlatelolco, el centro comercial más importante del México prehispánico. Aquí se sitúan más de 60 estructuras, entre altares, plataformas y templos, cuenta con un museo que exhibe piezas de uso cotidiano y ceremonial, las campañas militares, el comercio y su relación con pueblos como el de Tenochtitlán.

De acuerdo con registros históricos, los fundadores de Tlatelolco al parecer eran caciques importantes de los mexicas, los cuales se disgustaron con el resto y formaron su propia ciudad en unos islotes, tomando su nombre de los Tlateles; Tlatelli significa “en los montículos de tierra”.

En 1409, al unirse a la Triple Alianza, los tlatelolcas embellecieron su ciudad con la construcción de un templo mayor, el cual gobernaba una gran plaza comercial y por la cual fue famosa. La ciudad de México-Tlatelolco se dividía en diecinueve barrios.

Con la llegada de los españoles, la vida comercial de Tlatelolco se trasladó a Atzacoatzin, actualmente en el barrio de Tepito, y fue poblado mayoritariamente por indígenas, quienes se organizaron con caciques locales y un cabildo separado del Ayuntamiento de México; construyen el Tecpan sobre las ruinas del antiguo palacio real de Tlatelolco para el asiento del nuevo gobierno indígena durante la temprana colonia. 

Desde ese periodo hasta la independencia es la etapa de la Segunda Cultura, y es representada por un convento e iglesia de Santiago. En la zona se fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, dirigido por los evangelizadores españoles. Recordemos que en ese proceso colonial se construían templos cristianos sobre los prehispánicos, produciendo una sacralización del espacio; lo sagrado encima de lo sagrado.

La etapa del sincretismo criollo y que corresponde a la Tercera Cultura, es donde se sitúa la cultura del México moderno. Esta es representada por la Torre de Tlatelolco, antigua sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (hasta 2005) y actual Centro Cultural Universitario y Memorial del 68 de la UNAM, desarrollo inmobiliario donde se construyeron también los edificios que integran el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, obra del arquitecto Mario Pani Darqui.

Actualmente Tlatelolco es una de las zonas más céntricas y mejor comunicadas de la CDMX, cuenta con la estación del metro Tlatelolco, dos estaciones del Trolebús, y cinco estaciones del Metrobús (Línea 1, Línea 3 y Línea 7) por lo que en los últimos años ha registrado un aumento de hasta 49% de su plusvalía. Por este territorio cruzan la avenida Insurgentes, el Eje de Guerrero, el Eje Central-Lázaro Cárdenas y Paseo de la Reforma.

Además, es considerado uno de los pulmones de la Ciudad de México ya que cuenta con diversas áreas verdes, parques, huertos urbanos, centros deportivos y centros culturales. 

Si en tu portafolio de inmuebles cuentas con propiedades cercanas a estas zonas, no olvides señalar esta riqueza cultural y las oportunidades de esparcimiento cercanas con las que cuenta, así como  los rápidos accesos al transporte público.

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